Viajando en moto: SIN TECNOLOGÍA

AYAZ-KALA cerca de BO´STON (Uzbekistán)

Si te pidiera que me hablaras sobre alguna moto para dar la vuelta al mundo, una moto en la que te sintieras a gusto y sobre la cual pudieras afrontar este tipo de reto, seguramente me hablarías de una de esas maxitrail, de amplias suspensiones, de manillar ancho y de mecánica fiable que actualmente comercializan muchas marcas, pero hoy, aquí, me gustaría proponerte un pequeño juego. Un ejercicio de imaginación con el que trasladarte a otra época.

Imagínate viviendo en 1912: Hace apenas 15 años que han empezado a comercializarse las primeras motocicletas, el turismo es escaso y el turismo de aventura, en concreto, es total y absolutamente inexistente.

Ese año, 2 trágicos acontecimientos colapsan los titulares de los principales periódicos de todo el mundo durante varios meses. Por un lado el fiasco del explorador Scott por tratar de ser el primero en llegar al polo sur y por otro lado el desastre del Titanic en el atlántico norte.

Esas desastrosas noticias eclipsaron muchos sucesos de 1912, entre ellos el de Carl Stearns Clancy, un joven de 21 años que, ya cansado de su profesión, se puso a los mandos de una moto Henderson Four de 4 cilindros, 916 C.C.y 7 CV y trazó un plan que le llevaría durante 10 meses a recorrer 29,000 kilómetros desde Liverpool hasta Nueva York por una aventura con la que atravesaría los 5 continentes

A día de hoy, Carl Stearns Clancy es considerada la primera persona en dar la vuelta al mundo en moto.
Carl Stearns Clancy

Desde entonces, somos muchos los que hemos ido tras sus pasos, con la intención de emular su gesta y recorrer todo el mundo en moto, pero esta hazaña tuvo su momento más especial en esa primera vez, justo cuando nadie más se lo estaba planteando, cuando el mundo era tan grande y desconocido que las carreteras no existían y cuando los planos eran escasos y bastante incompletos. Ese pionero, padre de todos los aventureros en moto, abrió la puerta a los que comprendemos su pasión, su manera de viajar y su visión del mundo para mostrarnos que la ruta deseada siempre es posible si le pones suficiente entusiasmo.

Desde aquella primera aventura hasta hoy, han pasado más de 100 años en los que poco a poco hemos perdido esa esencia de viajar más con el corazón que con la cabeza y hemos ido creándonos la necesidad de incorporar todas las nuevas tecnologías, más o menos útiles, a nuestra manera de viajar y hoy voy a hablarte de algunos de esos aparatos.

Parto de la base de que el solo hecho de montar en moto ya significa utilizar una tecnología, pero más allá de eso, muchas veces nos complicamos la vida (y los viajes) cargando con mil cachivaches que lo único que consiguen es esclavizarnos a un enchufe. No dormimos al aire libre porque no hay WIFI, llevamos una toma de corriente en la moto para cargar el móvil y sufrimos porque al llover puede mojarse nuestra cámara de fotos y tratamos de grabarlo todo con nuestras cámaras de acción.

Hoy veo como poco a poco buscamos que la tecnología nos simplifique la vida y muchas veces solo conseguimos gastarnos un montón de dinero, no sólo en la mejor moto posible, si no también en GPSs, intercomunicadores y cámaras que lo dejen todo bien registrado y documentado para que los demás tengan presente lo que hemos vivido y sepan lo que les espera si piensan realizar la misma ruta que nosotros.

Hoy tengo la sensación que poco a poco vamos olvidándonos de esas primeras enseñanzas que nos transmitió Carl y donde lo primordial era disfrutar del viaje.

Soy el primero en tener algunos de esos juguetitos y creo que disponer de la tecnología actual está muy bien siempre y cuando no te impida disfrutar de una salida en moto. Nunca he permitido que un bien material dé al traste con una gran aventura.

Así pues, viajar con una maleta repleta de tecnología es una de las opciones que tenemos, pero no es la única.

GPS

Si has visto alguno de los vídeos de mi canal, verás que en mis viajes llevo siempre un papel en la bolsa de sobre deposito donde llevo una lista de los pueblos que he de cruzar y los kilómetros que hay entre ellos. Siempre he viajado así. Es mi pequeño homenaje a esos pioneros de los viajes en moto que no contaban ni con GPS, ni con geolocalización, ni con smartphone de ningún tipo. Si se perdían, preguntaban. Esa es mi manera de entender que no me hace falta ningún tipo de App para viajar.

INTERCOMUNICADOR

Confieso que disfruto del intercomunicador cuando viajo con algún pasajero o para escuchar mi música preferida cuando viajo solo, pero cada vez me gusta más pararlo durante largos ratos y escuchar el ruido del viento, del motor y de mis propios pensamientos. Entre muchas otras cosas, viajo para desconectar del mundo y la monotonía y es en ese extraño silencio de la marcha que muchas veces encuentro esa desconexión

SMARTPHONE

Llevo el smartphone aparcado en algún bolsillo, listo por si lo necesito en caso de emergencia, pero lo que no llevo es la necesidad de pararme en mitad de una ruta para enviar un mensaje. Durante los días de ruta no suelo consultar mis redes sociales y aunque llevo los mapas para consultarlos off-line, prefiero consultar los que llevo en papel y si estos fallan siempre suele haber alguien a quien preguntar. La gente resulta mucho más amable con alguien que está perdido de lo que puedas imaginarte.

Acampar en mitad de un desierto elimina la tentación de conectarme al WIFI del hotel y tras los primeros momentos de ansiedad por no poder consultar nada en Internet, descubres que, tan solo levantando la cabeza, hay un sinfín de detalles que te estabas perdiendo.

CÁMARAS DE ACCIÓN

Las cámaras de acción son un tema a parte. Sin ellas este vídeo no seria posible, pero no pierdo la cabeza por filmarlo todo. Te garantizo que las mejores cosas de un viaje en moto ocurren cuando menos te lo esperas, cuando no lo ves venir o cuando no tienes batería en la cámara. No me preocupa en absoluto no haber filmado algo. Para mantener vivos esos recuerdos en mi mente, cuento con un pequeño cuaderno de bitácora donde voy registrando las situaciones y sensaciones de ese día, dejando constancia de ello con más fidelidad que la propia grabación.

CÁMARA DE FOTOS

La fotografía digital ha popularizado los precios de las cámaras profesionales y actualmente resulta fácil tener una de estas cámaras que graban vídeos de alta calidad pero que tanto la cámara como sus complementos ocupan un considerable espacio y si realmente quieres sacarles todo el provecho que dan, es necesario saber usarla de forma correcta.

DRONE

Quizás este sea el ultimo de los juguetitos añadidos a la lista tecnológica de los moteros. Sus espectaculares tomas son la envidia de los que aun no tenemos uno y dan un enfoque distinto a nuestras rutas. La delicadeza de algunas de sus piezas, la corta duración de las baterías (en general) y las restricciones de vuelo en muchas zonas o incluso algunos países enteros, hace que tengamos que estar muy seguros antes de invertir el dinero que supone adquirir uno.

Pero eso no es todo:

El último comentario que quiero hacer al respecto, es quizás el tema más complicado de todos. Me refiero a la capacidad de aprender a usar las diferentes cosas. Es cierto que, por ejemplo los Smartphones, son algo que utilizamos a diario y sobre los que ya estamos acostumbrados, pero para otras es necesario disponer de un buen curso de formación.

Dos ejemplos muy claros serian si quieres realizar buenas fotografías o si quieres usar el Drone de forma correcta y disfrutar de unas tomas espectaculares. En este sentido, todo el tema audiovisual lleva una post-producción que incluye el desde de almacenamiento, a la organización del material y el uso de programas de edición para su correcta visualización. Eso se traspasa en invertir un montón de horas para que el resultado sea, como mínimo, correcto.

Si viajar sin tecnología es complicado, hacerlo con ella tampoco resulta fácil.

Tras repasar algunos de los aparatos más comunes que llevamos con nosotros en nuestras rutas, me doy cuenta que estoy muy lejos de lo que Carl Stearns Clacy realizó en su momento y con cierta envidia creo que me gustaría tratar de emularle algún día viajando tan solo con la moto y una maleta repleta de ganas.

Quién sabe, quizás mi próximo viaje sea un regreso al origen

¿Estarías dispuesto a realizar un gran viaje reduciendo totalmente tu dependencia de la tecnología?

Aquí te dejo un vídeo donde verás el post en imágenes.

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